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Historias de impacto

Cumpliendo la visión

Victor EC

“Pastor, quiero plantar una iglesia en un campo blanco en Cuchibamba. Siento que Dios me está llamando a ese lugar y quiero hacerlo”, fueron las palabras de Víctor Cunalata, plantador de iglesias, al hablar con su pastor para recibir el apoyo y la autorización de empezar una nueva obra.

Este plantador ecuatoriano conoció a Cristo hace veintitrés años, y cuenta que era muy católico y en ocasiones persiguió a quienes se acercaban a predicar el Evangelio en su pueblo. Pero al conocer a Jesús, su familia y él decidieron servirle de todo corazón.

“Mi motivación a involucrarme en la plantación de iglesias fue debido a mi experiencia en los caminos del Señor. Y sentí un llamado especial en mi corazón, esa pasión por las almas que aún no conocen a Dios y quería hacer algo diferente”, asegura Víctor.

Una vez que participó en el entrenamiento como plantador de iglesias, su llamado se fue confirmando y adquirió herramientas, materiales y se complementó para poner en marcha lo que había propuesto en su corazón. También cuenta que la razón por la que decidió plantar la iglesia en Cuchibamba, en Ambato, fue porque se dio cuenta que no había iglesia, pero en cambio había mucho alcoholismo y una gran cantidad de hogares siendo destruidos por esto.

    El pastor de la iglesia central, o iglesia madre, le brindó su apoyo y autorización para que pudiera realizar su trabajo. Como resultado Víctor pudo trabajar con una familia que asistía a la iglesia central, pero vivía en esta zona. “Empezamos con mi familia y la familia que nos abrió las puertas para tener un grupo de discipulado, después empezamos a ver como la gente seguía llegando. Ahora la distancia para ir la iglesia se fue”.

“Le dije a mi pastor que quería empezar como célula pero con una visión. Sentía que iba a ser una iglesia”, agrega Víctor al recordar como inició esta iglesia semilla. Actualmente esta nueva obra cuenta con alrededor de treinta personas y ya se han bautizado alrededor de ocho nuevas personas.

El cambio en la comunidad ha sido grande, varias familias han sido transformadas. Entre ellas la familia de Gerardo y Rosita, cuenta Víctor, que estuvo destruida por el alcohol, pero después de conocer a Cristo, Gerardo ya no está tirado en las plazas borracho ni desaparece una semana como antes. “Por la misericordia de Dios, él cambió y ahora está trabajando con nosotros. No ha sido fácil. Hemos luchado y hemos llorado con mi esposa; pero no hemos dejado que la visión de una nueva iglesia se apague”.

 

Fortaleciendo la iglesia local

Oscar V SV
Oscar Valladares es pastor en la iglesia Centro Familiar de las Asambleas de Dios y también es profesor de teología. Hace algunos años que ha estado sirviendo en la iglesia local en el Departamento de la Libertad, El Salvador.

Él pudo conocer de la Red de Multiplicación y fue invitado a participar de los programas de Más y Mejores Iglesias. "Desde ese momento para mí la Red de Multiplicación tiene el significado de crecimiento, pasión, estrategia, proyección y también herramientas”, asegura.

Entre una de las herramientas que desarrolló fue la del Tómele el Pulso a su Iglesia. “Este recurso me ha ayudado para definir las fortalezas y debilidades de manera objetiva. Me ha ayudado de alguna manera a ver por qué lado se necesita reforzar y ponerle más empeño para promover el crecimiento saludable de la iglesia”.

Pastor Oscar se dio cuenta que antes de poder avanzar con la plantación de iglesias, debía fortalecer la iglesia madre que ya tenía, aunque sabía que sería un proceso a largo plazo, pero efectivo.

“Estamos trabajando en esas áreas que son debilidades, esas que necesitamos reforzar y aprovechando esas partes que benefician y como ministro podría apoyarme para sacar un trabajo más efectivo de la iglesia”.

                                                             

Parte del proceso también fue seguir avanzando con la obra con la que ya empezaron y cuenta que tanto el fortalecimiento de la iglesia como la plantación van de la mano. Por esta razón siguió avanzando con los módulos de plantación como parte de planificación de la iglesia.

“Estamos en los módulos y seguimos desarrollando el evangelismo y estamos preparando a la iglesia para un evangelismo, frontal y efectivo. A medida que se va avanzando en el proceso, se va identificando el mover de Dios. He sido testigo de testimonios puntuales. Este es el resultado del mover de Dios. La plantación de iglesias tiene un respaldo impresionante de Dios”.

Sin embargo, reconoce que aún hay mucho por hacer y uno de los desafíos es renovar la mentalidad marcada en la tradición y religiosidad para proyectar un evangelio de libertad, de oportunidad, de inclusión.

También resalta que parte complementaria en la tarea que tienen como iglesia son las herramientas que están a su alcance y la forma sistemática con la que se presentan los módulos de Red de Multiplicación, esto ha ayudado a desarrollar un trabajo más ordenado, asegura.

“Una cosa es la capacitación teórica, pero lo que más me ha impresionado es el impacto que causan los puntos de la Red de Multiplicación cuando se trata de mayordomía. Esas situaciones de repente no tratan sólo de lo teórico. Es algo que se vive”, agrega.

Avanzando sin límites

Eduardo ECEduardo Poma vive en Carcelén Bajo, barrio ubicado al norte de Quito, en Ecuador. A sus 38 años la pasión por llevar el Evangelio ha incrementado, y fruto de la misericordia de Dios, dice él, ha podido compartir con otros la Palabra de Dios.

A pesar que Eduardo conoció a Cristo hace 9 años atrás, cuenta que nunca tenía tiempo para estar involucrado en la iglesia ni con la Obra. Su trabajo y otras prioridades absorbían su vida. Eduardo no se imaginó que su vida cambiaría hace 5 años cuando sufrió un accidente de tránsito y quedó parapléjico. “Me enoje tanto con Dios porque sentí que me castigo y no quería saber nada de la iglesia ni de Él”, asegura, “pero después de dos años Dios empezó a tocar mi vida nuevamente, a sanar mi corazón y entonces decidí asistir a la iglesia nuevamente”.

Para Eduardo y su familia no fue sólo un proceso de adaptarse a su nueva vida, sino también de depender completamente de la mano de Dios; pues debido a su condición el trabajo dejó de llegar como antes, y con cinco hijos que apoyar, él sentía una profunda carga. Sin embargo, en su corazón sabía que su vida tenía un propósito.

“Cuando asistimos a esta iglesia, Familias Saludables, me invitaron a participar en el entrenamiento de plantadores sin que les importará mi condición y las dificultades que tendría para realizar el trabajo. Mi familia, mi esposa y mis hijos, me motivaron para que me entrenará y así empecé a capacitarme”, cuenta Eduardo.

Este plantador cuenta que el material de plantadores le ha servido y quiere seguirse capacitando. Actualmente cuenta con un grupo de estudio bíblico con alrededor de treinta personas, donde él comparte la Palabra de Dios y las enseñanzas. También cuenta que tiene la oportunidad de compartir su experiencia con otros y especialmente con un grupo de drogadictos con quienes ha empezado a compartir de Cristo.

“A veces me cuesta ir a visitar a la gente del grupo porque no es fácil movilizarme. A veces los taxis no quieren llevarme porque me ven en silla de ruedas y usar bus es más complicado. Pero yo siempre digo que para mí es difícil, pero no imposible hacer el trabajo que Dios me manda”.

Eduardo sigue trabajando con pasión y compromiso en la Gran Obra, y tiene la certeza que Dios pondrá en su camino las personas que necesiten escuchar el Evangelio. “Como dice Dios, su Obra no es en vano y le creo a Dios porque en estos cinco años hemos visto como nos ha sostenido en todo sentido”, asegura.

“Hasta ahora sigo pidiendo a Dios que trabaje en mi vida, que su Palabra siga haciendo la obra en mí. Cuando me gradué de plantador le dije que haga conmigo lo que tenga que hacer y que utilice mi vida de acuerdo a su propósito y los fines que Él tenga”, agrega Eduardo.

Compartiendo la visión

Roberto UR“Estamos iniciando con el tema de la Red de Multiplicación, pero especialmente estamos comprometidos con el programa Más Iglesias. Uruguay tiene 170 iglesias, pero hemos establecido una meta de sembrar 250 iglesias nuevas en 5 años”, cuenta Roberto Mairena quien es actualmente pastor en el Concilio General Asambleas de Dios, Uruguay, y hace 46 años que ha servido como pastor, como Superintendente en años anteriores, y actualmente es el encargado de promover la plantación de iglesias en su país.

El pastor Roberto cuenta que el contexto de su país ha sido el más ateo y secularizado de América y es donde la Iglesia ha crecido menos, sin embargo, su denominación se propuso usar el “método” de la Red de Multiplicación, como él lo llama, para penetrar en la sociedad uruguaya por medio de la plantación de iglesias.

Roberto dice que parte del plan fue sensibilizar a los pastores para que adoptaran la visión de plantar iglesias e impactar en la sociedad. “Sensibilizamos 260 pastores y ellos reprodujeron la visión y estamos preparando 140 sembradores, y en proceso ya tenemos 35 congregaciones nuevas”, agrega.

“Actualmente hay una apertura espiritual y procuramos aprovechar esto al máximo. No es fácil evangelizar, pero notamos que hay una apertura que va creciendo y nuestro desafío es presentar el evangelio de manera personal, avanzar con el discipulado y acompañar al nuevo creyente en el crecimiento espiritual. Esto está funcionando”, asegura el pastor Roberto.

“A pesar que evangelizar puede ser difícil, los nuevos creyentes se comprometen por completo y se puede contar con ellos”, dice él, “y varios de esos nuevos creyentes son los plantadores que tenemos ahora”.

En esta tarea cuenta que el material de la Red es excelente e inclusivo. “Estructura los métodos y las estrategias. La Red es el método que Dios ha inspirado para esta última generación. El Señor viene y no hay tiempo para perder”, dice Roberto.

Cambiando la visión

SV 16 cambiandovision“Tradicionalmente lo que hacíamos era enviar a una persona que tuviera el llamado y se le dejaba ahí y no había ni mentoreo ni seguimiento”, cuenta el pastor Joel Guzman, quien es Coordinador de Plantación Iglesia de Dios, Zona Centro, en El Salvador. Esto según la visión que tenían años atrás sobre la plantación de iglesias, y que en su realidad los resultados fueron escasos.

Ahora cuenta que una vez que decidieron cambiar su visión, y empezaron a trabajar de manera cojunta con la Red, han venido a motivar esa parte para que el ministerio sea integral y los plantadores no se sientan solos. Como parte de este proceso el liderazgo, pastores, multiplicadores y plantadores participaron en REDES. “En los retiros planificamos después de ser sensibilizados y cada pastor que tiene cargo una zona o una iglesia se compromete a enviar plantadores para ser capacitados. Cada pastor tiene el compromiso de buscar campos donde plantar iglesias”, agrega.

En base a esta planificación están logrando ver resultados y cuenta que más de cincuenta plantadores se han comprometido y algunas iglesias semillas ya están naciendo. “Cada coordinador es responsable de hacer el seguimiento y mentoreo a los pastores y plantadores que están trabajando ya en la plantación de iglesias”.

Joel Guzmán cree firmemente que la plantación de iglesias impactará la sociedad en El Salvador. “La realidad se puede cambiar llevando una respuesta a la gente. La mayoría de personas que están involucradas en pandillas vienen de familias desintegradas que viven con secuelas de la guerra y no se le dio una ayuda espiritual oportuna”.

“Se les dio alimento y ropa, pero no se trabajó la parte espiritual. Quizás empezamos tarde, pero creo que la iglesia puede impactar si responde a las necesidades; es verdad que la iglesia ha orado, pero se ha quedado ahí. Pero con lo que la Red de multiplicación nos ofrece: un seguimiento, consideramos que es el recurso que nos va a ayudar a penetrar donde hay necesidad”, dice pastor Joel Guzmán.

Desargue el material de mentoreo aquí

info@reddemultiplicacion.com