Fortaleciendo la iglesia local
La Iglesia del Pacto Evangélico Ecuador tenían la visión de plantar iglesias, y sintieron la necesidad de hacerlo y aunque iniciaron el proceso por iniciativa propia, no lograban encontrar la forma adecuada o algo que les asegurara un resultado a largo plazo, cuenta Wilfrido Velásquez quien es el Coordinador de Plantación de la Confraternidad de Iglesias del Pecto Evangélico (CIPE), “pero justo en se momento Dios nos envió un instrumento como la Red de Multiplicación”, agrega.
“Habíamos estado dormidos por diez años y empezamos con este anhelo de plantar iglesias, pero también sabíamos que necesitábamos revitalizar a otras”, dice Wilfrido. Este proceso inició en Ecuador y se extendió al resto de liderazgo en Argentina, Colombia, Chile, Uruguay y México. En el caso del primer país, actualmente el cuarenta y cinco por ciento está involucrado en la plantación de iglesias, aunque para llegar a este nivel de compromiso por parte de la iglesia local, esta denominación pasó por un tiempo de análisis y reflexión.
“En algunos casos encontramos que había problemas de afinidad, de hermandad y otros tenían un problema estructural de la iglesia”. Esto de cierta forma impedía que las iglesias locales quisieran plantar nuevas iglesias. Tanto para este coordinador de plantación y el liderazgo de esta denominación, la conclusión fue sencilla: si la iglesia madre no tiene un ADN o ese gen de multiplicarse, las iglesias que nazcan de esa iglesia madre tampoco lo harán. “Necesitamos iglesias saludables que quieran multiplicarse”, concluye el pastor Wilfrido.
Con este compromiso en su misión y anhelo por plantar nuevas iglesias, empezaron a promover los puntos esenciales como la Proclamación, Enseñanza, Servicio, Comunión y Adoración (Pesca) como ejes centrales en la tarea por revitalizar y motivar la plantación de nuevas iglesias. “Tenemos buenos resultados no sólo en Ecuador, que fue donde empezamos, sino también en países como Uruguay donde antes sólo teníamos dos iglesias, pero ahora tenemos cinco iglesias y ha sido producto de una revitalización y de una plantación”.
Otro elemento importante que Wilfrido agrega es que el acompañamiento al liderazgo de cada país y de cada distrito, por medio de la mentoría, ha sido un punto vital para poder desarrollar el liderazgo de otros obreros. Aunque no dejan de lado las dificultades que han atravesado, pero “hemos visto los primeros frutos”, asegura y añade, “líderes que por primera vez estuvieron abiertos a sus problemáticas y dificultades, como la soledad y el miedo a ser desplazado de la iglesia. Pero con esto les hemos podido mostrar que somos hermanos que nos queremos dar la mano mutua. Al visitarles percibimos cosas que no hay en otros lados, aprendemos también y eso es muy positivo”.
Esta denominación tiene como visión seguir involucrando al resto de iglesias locales en la revitalización y plantación de iglesias en los próximos años. Este compromiso no sólo que ha extendido en Ecuador sino también en el resto de América Latina.